La sequía saca a la superficie la iglesia románica de Cenera de Zalima en el embalse de Aguilar de Campoo

La sequía ha sacado a la superficie en el embalse de Aguilar del Campoo, en Palencia, la antigua iglesia de Santa Eugenia de Cenera de Zalima, un edificio románico del finales del XII y principios del XIII, perteneciente a una localidad que quedó sumergida en los años 60 por las aguas.

“Lo curioso es que no se ve habitualmente porque las aguas no bajan tanto”, dice Carmen Molinos, directora de comunicación de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico, que se encarga del estudio, restauración y difusión del patrimonio románico y han publicado la Enciclopedia del románico en la Península Ibérica. Para esta fundación trabaja el historiador César del Valle y reconoce que tiene algo de hallazgo. “No es un hallazgo espectacular, pero es un hallazgo. Documentalmente no sabíamos que existiesen capiteles románicos. Son sencillos, de hacia el siglo XIII. No los teníamos recogidos y ahora ya sí”.

El historiador de la fundación también recuerda que varios pueblos de la zona de Aguilar desaparecieron por la construcción del embalse. “Fueron Quintanilla de la Berzosa, de la que tenemos registrado una casa e iglesia, Villanueva del Río Pisuerga, con un puente medieval y una iglesia románica que se llevó a Palencia, Frontada y Cenera de Zalima”.

José María Pérez Peridis, dibujante y humorista de este periódico, es arquitecto y uno de los mayores expertos en románico de España y también comenta cómo estas localidades sufrieron las consecuencias del desarrollo industrial de los embalses. “Todos los pueblos de por allí tienen iglesias románicas. Es una de las mayores concentraciones de románico del mundo. El pueblo de Cenera de Zalima se desalojó por los años 60. Fue una inundación en toda regla. Quedaron por la zona del pantano unas seis u ocho iglesias románicas Mucha piedra de la iglesia de Cenera de Zalima se la llevaron para reconstruir otros edificios de la zona”.

De esta iglesia se rescató una portada románica que fue instalada en una de las dependencias del castillo de Monzón de Campos. “Una portada que es muy bonita”, apunta Peridis. Antes de la construcción del embalse, en 1963, se conservaba aún de la primitiva fábrica la espadaña y un conjunto de canecillos de proa de nave.

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