El obispo emérito, Felipe Arismendi Esquivel, emitió un mensaje, bajo el título “Hay otra iglesia”, en el que aseguró, respecto a las agresiones sexuales a menores de edad que “el delito es abominable y no tiene justificación”.

En la página electrónica de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el prelado asegura que “el sufrimiento causado a las víctimas, sobre todo cuando nuestras autoridades eclesiásticas no les dieron crédito, ni una solución justa y oportuna, es motivo de arrepentimiento de nuestra parte y de asumir lo que nos toca de irresponsabilidad. Nuestro pueblo también está sufriendo por su “madre” la Iglesia, porque esto no desprestigia sólo al clero, sino que hiere a todo el pueblo fiel”.

Sin embargo, desde Medellín, Colombia, Esquivel aseguró que son incontables los servicios que se promueven y que manifiestan una Iglesia viva, servidora, samaritana, misericordiosa, confiable, cercana a los procesos que viven los pueblos en este cambio cultural total.

Consideró que sin negar la gravedad de la pederastia clerical, la mayoría de los fieles siguen firmes en su fe católica y no abandonan la Iglesia, pues consideran que cuentan con testimonios de sacerdotes auténticos y fieles a su vocación y misión, que son la inmensa mayoría. “Un árbol que cae hace más ruido que mil que permanecen en pie”, concluye.

Previamente, el secretario general de la conferencia del CEM, Alfonso Miranda, en otro mensaje, reconoció que los obispos del país se unen a los sentimientos de vergüenza y dolor del Papa Francisco frente a los informes de abusos de menores en Estados Unidos.

En su cuenta en Twitter, se lee “nos unimos a los sentimientos expresados por el Papa: ‘vergüenza y dolor’, ante el informe de abusos a menores en Pensilvania”.

El pasado 14 de agosto de este año, la Corte Suprema del estado de Pensilvania publicó un informe sobre más de mil presuntos casos de abusos sexual a manos de sacerdotes durante los últimos 70 años en las diócesis de Allentown, Erie, Greensburg, Harrisburg, Pittsburgh y Scranton.