El Nobel de Física… para herramientas de luz

REDACCIÓN

Arthur Ashkin, Gerard Mourou y Donna Strickland fueron galardonados con el Premio Nobel de Física 2018 por sus invenciones en el campo de la física láser.

Ashkin recibió el premio por sus “pinzas ópticas y su aplicación a los sistemas biológicos”, dijo el martes la Real Academia de Ciencias de Suecia en un comunicado. Mourou y Strickland ganaron por su método de generar “pulsos ópticos ultracortos de alta intensidad”.

Los instrumentos de precisión avanzados están abriendo áreas de investigación inexploradas y “una multitud de aplicaciones industriales y médicas”, dijo la academia.

Mourou y Strickland abrieron el camino hacia los pulsos láser más cortos e intensos jamás creados. “La técnica que desarrollaron ha abierto nuevas áreas de investigación y ha llevado a amplias aplicaciones industriales y médicas; por ejemplo, millones de operaciones oculares se realizan cada año con el más agudo de los rayos láser”, dijo la Academia Sueca.

La luz láser se crea a través de una reacción en cadena en la que las partículas de luz, los fotones, generan más fotones. Estos pueden ser emitidos en pulsos, explica la Academia Sueca. Desde que se inventaron los láseres, hace casi 60 años, los investigadores se han esforzado por crear pulsos más intensos. Sin embargo, a mediados de 1980, se había llegado al final del camino. Para pulsos cortos ya no era prácticamente posible aumentar la intensidad de la luz sin destruir el material amplificador.

La nueva técnica de Strickland y Mourou, conocida como CPA, señalaba que se tomara un pulso láser corto, se estirara, amplificara y volviera a apretar.

Existen innumerables áreas de uso para los láseres, como mejorar el almacenamiento de datos o fabricar material quirúrgico más avanzado.

En la serie de culto de la década de 1960 ‘Star Trek’, usan un rayo para mover objetos por el espacio sin tocarlos. Por supuesto, esto suena como pura ciencia ficción.

Inmediatamente después de la invención del primer láser en 1960, Ashkin comenzó a experimentar con el nuevo instrumento en los Laboratorios Bell en las afueras de NY. En un láser, las ondas de luz se mueven coherentemente, a diferencia de la luz blanca ordinaria.

Ashkin se dio cuenta de que un láser sería la herramienta perfecta para obtener rayos de luz para mover pequeñas partículas. Iluminó esferas transparentes micrométricas y, efectivamente, consiguió que se movieran de inmediato. Se sorprendió de cómo las esferas se dirigían hacia el centro del rayo, donde era más intenso. La explicación es que, por más agudo que sea, su intensidad disminuye del centro hacia los lados. Las partículas fueron dirigidas hacia el punto que tenía la mayor intensidad de luz, y así inventó una trampa de luz, que fue bautizada como pinzas ópticas.

Esta herramienta le permitió a Ashkin alcanzar un sueño de ciencia ficción: usar la presión de la radiación de la luz para mover objetos. En 1987, la usó para capturar bacterias vivas sin dañarlas, y en la actualidad se usan ampliamente.