Muy a la mexicana, el Azteca se queda sin NFL

REDACCIÓN

Pensábamos que la Ciudad de México y la afición al fútbol americano en nuestro país se llevaría una gran sorpresa cuando, con el transcurrir de las jornadas, los Kansas City Chiefs y Los Angeles Rams se catapultaron hasta la parte más alta de la clasificación en sus respectivas Conferencias.

“El mejor partido en todo el calendario de la temporada regular de la NFL se llevaría a cabo en suelo mexicano”. Resulta que la afición mexicana se llevó otra sorpresa; una mucho peor.

Por motivos de la condición del campo de juego en el Estadio Azteca, el evento en México se ha cancelado y en cambio, Chiefs visitarán a Rams en Los Angeles el próximo lunes por la noche.

Mientras tanto, las decenas de miles de aficionados que esperaban ansiosos con boletos en la mano, se quedará con las ganas de ver a dos de los mejores equipos de la actualidad en vivo y a todo color, en un escenario bastante familiar.

Francamente, los culpables de esta vergüenza son aquellos que decidieron hacer las cosas a la mexicana.

En el país de los dobles contratos, de la multipropiedad, de los equipos de balompié profesional que rutinariamente dejan sin pagar a sus jugadores –entre otras cosas asociadas al deporte profesional–, a una persona o un grupo de personas se les ocurrió que sería una grandiosa idea celebrar un concierto masivo de una canal de música sobre una de por sí lastimada cancha que ha debido soportar partidos de liga de dos equipos, conciertos previos, y una temporada pesada de lluvias.

No hay que culpar al América, ni al Cruz Azul, ni a Shakira, ni a Telehit, ni a la NFL México.

La culpa es de quien toma la decisión de darle luz verde a todo, esperando –muy a la mexicana– que las cosas se resolverán solas por sí mismas, de último momento.

Este caso sirve para nuevamente contrastar dos situaciones diferentes: la que vive la NFL en suelo norteamericano, e incluso inglés, y lo que se vive en México. La liga profesional de fútbol americano más importante del mundo reconoce la necesidad de cuidar de la integridad de su activo más valioso: los jugadores. Aquí, eso pasa a segundo término.

Por si fuera poco, es de notarse que los propios jugadores también pusieron presión de su parte, a través de su sindicato, en cuanto al tema de la seguridad por las condiciones del terreno. Tampoco se les puede culpar a ellos.

No se trata de la primera vez que la liga cancela partidos por condiciones del campo de juego. En agosto del 2016, la NFL canceló su Clásico del Salón de la Fama en Canton, Ohio, por las condiciones de la superficie de juego. En el 2001, también un partido de pretemporada, los Baltimore Ravens y Philadelphia Eagles vieron su partido cancelado en el viejo Veteran’s Stadium, reconocido ampliamente como la peor superficie de juego de la liga en aquella época.

Sin embargo, ninguno de esos partidos era tan importante como el del próximo lunes. Y el hecho de que la liga haya tenido que recurrir a un plan-B después de una inversión multimillonaria para disputar el partido en México, por supuesto habla muy mal de la gente a cargo de esas decisiones.

Por la noche del lunes, ESPN tuvo acceso a la cancha del Estadio Azteca, mientras se hacían labores de trabajo sobre el césped híbrido. El campo lucía en mejores condiciones que aquellas bajo las cuales tuvieron que disputar Cruz Azul y Lobos BUAP su compromiso del sábado, de la liga local, pero era claro que no eran ideales.

Existe la posibilidad de que el terreno de juego hubiera quedado a un nivel satisfactorio para antes del evento lunes por la noche. Pero también existe la posibilidad de que no, y ¿para qué jugársela de ese modo? ¿Para qué arriesgar un evento de esta magnitud y cartel? ¿Para qué asumir riesgos innecesarios desde la planeación del calendario de eventos en el Azteca?

¿Para qué? La respuesta parece demasiado obvia.

Lo cierto es que estamos ante un caso típico de perder lo más por lo menos, y con ello no quiero hacer menos ninguno de los otros eventos que se llevaron a cabo en el Estadio Azteca en los días previos. Hablo de que, con una mejor planeación, perfectamente se pudo haber llevado todo a cabo, con sus tiempos y momentos oportunos. No es la primera vez que se celebran múltiples eventos en esa sede, ni tampoco la primera vez que llueve.

Por ahora, son los fanáticos de la NFL los que salen perdiendo, pero bien pudieron haber sido los aficionados del fútbol mexicano o de la música pop.

Hace apenas unos días, el director de la liga en México, Arturo Olivé, explicó en el programa “NFL Live” de ESPN que el contrato que se tenía con la liga se extendía hasta el año 2021, por lo que no se corrían riesgos a corto plazo. Evidentemente, la cancelación del partido del próximo lunes será tema de conversación en los días y semanas que vienen. Solamente las personas familiarizadas a dicho convenio saben si el estado del campo constituye un incumplimiento que permita a la liga salirse de dicho acuerdo, y en su caso, si la NFL desearía hacerlo.

Los detalles se irán filtrando con el tiempo. Por ahora, solamente queda aprender una lección que en otros rubros –por ejemplo, la Fórmula 1– parece comprenderse bien: si deseas atraer un evento del mayor calibre internacional en tu espacio, imperan sus estándares, no los tuyos.

 

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