Georgina Ballesteros

Pese a anunciarse como un evento totalmente gratuito, la reinauguración del Estadio Tlahuicole, en donde se presentará el exitoso cantante Carlos Rivera, se ha convertido en un verdadero negocio para los vivales.

Pues a pesar de las largas filas y la pernocta de algunas personas afuera de las taquillas, los boletos fueron insuficientes y se acabaron en casi apenas 60 minutos, situación que hizo crecer la sospecha entre los fans del egresado de la academia, al considerar que los pases se entregaron con anterioridad a conocidos y amigos de los funcionarios del gobierno.

La sospecha incrementó cuando en redes sociales aparecieron mensajes de personas queriendo hacer negocio con el concierto del artista de Huamantla, pues a través de muros de facebook se empezaron a ofertar boletos que van de los 500 a dos mil pesos, a pesar de la gratuidad de los mismos.

Incluso hay un grupo denominado Ventas Apizaco Tlaxcala, en el que cada boleto se vende a 500 pesos.

Ante tales hechos, grupos de inconformes al ver negada la posibilidad de asistir al concierto, se manifestaron afuera de la Secretaría de Turismo (SECTURE), responsable del evento y quien fue la encargada de dar a conocer por la mañana de este jueves que los boletos se habían agotado, tan pronto empezaron a ser repartidos.

La molestia fue tanta que incluso algunos ciudadanos, también en sus redes sociales, hicieron saber a los organizadores que tal abuso será cobrado en las urnas cuando se den las próximas elecciones.