El copal de Madagascar: nuevas dataciones para una resina antigua del Antropoceno

Redacción

El conocido copal de Madagascar es una resina mucho más reciente de lo que se pensaba hasta ahora —solo tiene unos cientos de años— y las piezas atrapadas en este material no tienen la importancia paleontológica que se les ha atribuido tradicionalmente. Esta es una de las conclusiones de un nuevo artículo publicado en la revista PLOS ONE cuyo primer autor es Xavier Delclòs, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Tierra y miembro del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la UB (Catalunya, España).

En este estudio —el primero que determina la edad más antigua y el origen geográfico del copal de Madagascar— también participan Enrique Peñalver, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME); Voajanahary Ranaivosoa, de la Universidad de Antananarivo (Madagascar), y Mónica M. Solórzano-Kraemer, del Instituto de Investigación Senckenberg de Frankfurt (Alemania).

El trabajo constata que el famoso copal de Madagascar no es una resina semifosilizada, sino un material formado sobre todo durante el Antropoceno, que es el período histórico en que se ha extremado la incidencia humana en el planeta. El descubrimiento obligaría a revisar los taxones descritos en los últimos 150 años para evitar errores taxonómicos y reconstrucciones paleoambientales imprecisas, apunta el estudio.

Conocido desde hace cientos de años, el copal de Madagascar atravesaba las rutas comerciales desde Tanzania hasta China a través de los puertos del Índico y los mercados de la India. Vendido inicialmente como incienso, después fue muy apreciado por su alto valor para hacer barnices. Más recientemente, se ha utilizado como desinfectante —se quema en los hogares de Madagascar— y también se vende a científicos y turistas por su contener numerosos artrópodos.

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Copal. (Foto: Xavier Delclòs/UB IRBio)

Esta resina antigua no completamente fosilizada procede de los árboles de la especie Hymenaea verrucosa, una leguminosa que crece en los bosques de las tierras bajas de la costa este de Madagascar, uno de los ecosistemas más amenazados y frágiles del mundo.

Tal y como apunta el estudio, la comunidad científica que ha estudiado los restos biológicos conservados en el interior del copal —las llamadas bioinclusiones— ha datado estas muestras entre unas pocas decenas de años hasta varios millones de años. Ahora bien, nunca se había encontrado el lugar de origen de todo este material estudiado —no está citado en ningún trabajo—, ni tampoco se había intentado demostrar la edad precisa de las piezas estudiadas.

«La datación correcta del copal, como factor importante en un estudio paleontológico, puede condicionar todos los estudios paleobiológicos posteriores, como los relacionados con la filogenia, la paleobiogeografía y la paleoclimatología», apunta el catedrático Xavier Delclòs, del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la UB.

Según el estudio, es probable que algunas especies encontradas solo en el copal de Madagascar —y que pensaban extinguidas— se encuentren hoy día en hábitats boscosos malgaches que no se consideraban como sus hábitats naturales. Ello explica también la presencia ocasional de especies de artrópodos conservadas en el interior de esta resina antigua que viven actualmente en la región.

El estudio apunta que cualquier taxón nuevo descrito a partir del copal de Madagascar debería ir acompañado con una datación de carbono-14 de la muestra estudiada (como mínimo, la muestra que incluye el ejemplar principal u holotipo). Asimismo, sería necesario que los museos con piezas malgaches de especímenes en copal de Madagascar hicieran una revisión de las dataciones con el sistema del carbono-14.

La pérdida de biodiversidad durante el Antropoceno es una amenaza en diversas áreas del planeta, especialmente en los principales puntos calientes de biodiversidad, como es la isla de Madagascar. Este nuevo trabajo pone de relieve el valor científico del copal de Madagascar como fuente de información biológica y paleobiológica para estudiar la pérdida de biodiversidad durante el Antropoceno en regiones malgaches que son importantes áreas de biodiversidad amenazada.

«El copal de Madagascar es un archivo de gran interés científico. Representa una parte de la biodiversidad del ecosistema malgache durante períodos históricos y puede contener especies extintas debido a la alta tasa de deforestación de la Gran Isla Roja en los últimos trescientos años», explican los autores del trabajo. «Si esta intensa deforestación continúa al ritmo actual, es probable que en las próximas décadas las especies conservadas en la resina de los árboles del género Hymenaea —junto a las colecciones entomológicas históricas— se conviertan en los únicos reservorios de conocimiento para investigar una parte de la entomofauna de los frágiles bosques tropicales de las tierras bajas de Madagascar», concluyen los investigadores.

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