Caso George Floyd reaviva protestas en Francia por muerte de Adama Traoré en 2016

Redacción

Miles de personas se congregaron este martes en París para pedir justicia por la muerte de Adama Traoré, un hombre negro que falleció mientras se encontraba bajo custodia policial en 2016.

Pese a que la manifestación había sido prohibida por las restricciones impuestas para frenar el avance del coronavirus, cerca de 20 mil personas se dieron cita en las afueras del tribunal del Palacio de Justicia, en el norte de la capital francesa, en lo que inicialmente fue una protesta pacífica.

Pero la congregación tomó un giro violento y acabó en enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, que respondió disparando gases lacrimógenos.

Manifestantes con carteles con el lema Black Lives Matters en París, Francia.

El caso de George Floyd ha despertado el sentimiento de injusticia en Francia por la muerte de Adama Traoré.

En Francia, la muerte de Traoré, un joven de 24 años, es comparada con el asesinato de George Floyd en Minneapolis (EU), que ha provocado protestas en decenas de ciudades estadounidenses y en todo el mundo.

Entre tanto, el jefe de la Policía de París ha rechazado las numerosas acusaciones de racismo que ha recibido.

Las protestas también tuvieron lugar en otras ciudades francesas como Marsella, Lyon y Lille.

Algunos de los manifestantes portaron pancartas con el lema Black Lives Matter, un movimiento que comenzó en Estados Unidos y se ha extendido internacionalmente.

Traoré murió en la estación de policía de Persan, un suburbio al norte de París, después de ser detenido por agentes locales y perder el conocimiento en su vehículo.

En la investigación, uno de los oficiales dijo que él y dos colegas lo inmovilizaron con su peso corporal.

Los informes oficiales indican que el joven murió de insuficiencia cardíaca, posiblemente debido a una enfermedad subyacente.

Y el pasado jueves, los agentes que detuvieron a Traoré fueron exonerados tras una investigación policial.

Un grito de guerra

Después de su muerte en 2016, una ola de violentas protestas se extendió por varios días en la capital francesa.

Desde entonces el caso se ha convertido en un grito de guerra contra la brutalidad policial en Francia, la cual es frecuentemente denunciada por jóvenes franceses provenientes de minorías étnicas.

Las reuniones públicas en el país europeo están limitadas a 10 personas para controlar la propagación del coronavirus.

Pero este martes, los activistas desafiaron a las autoridades después de que se les denegara el permiso para protestar.

En varios videos, publicados en las redes sociales, se ve a la policía disparando gases lacrimógenos contra los manifestantes, así como incendios y barricadas.

“Primeras tensiones al pie del tribunal del Palacio de Justicia en París. Lanzamiento de proyectiles, barricadas. Los agentes responden con gases lacrimógenos. Estampidas”.

“Hoy no solo estamos hablando de la lucha de la familia Traoré. Es la lucha de todos. Cuando luchamos por George Floyd, luchamos por Adama Traoré“, aseguró su hermana, Assa, a los presentes, según la agencia AFP.

El jefe de la Policía de París, Didier Lallement, defendió a sus agentes frente a las denuncias de brutalidad policial y de racismo.

París

Las manifestaciones se han repetido en los último años.

En una carta dirigida a sus colegas, dijo que simpatizaba con el “dolor” que deben sentir “ante acusaciones de violencia y de racismo, repetidas sin cesar por las redes sociales y por ciertos grupos de activistas.

Y el ministro del Interior, Christophe Castaner, criticó las protestas en un tuit.

“La violencia no tiene lugar en una democracia. Nada justifica los excesos que ocurrieron esta noche en París, en un momento en que las manifestaciones en la vía pública están prohibidas para proteger la salud de todos”, escribió.

De igual forma, felicitó a la policía “por su control y compostura”.

Por su parte, Yves Lefebvre, dirigente del sindicato policial Unité SGP Police FO, insistió en que el caso de George Floyd y el de Traoré eran muy diferentes, pero advirtió que las “banlieues” (suburbios) del centro de Francia eran como una olla a presión: “listas para explotar”.

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