Sergio Espinoza
Un hombre muerto, un mujer herida de gravedad, daños materiales de consideración por cuantificar y afectación importante a la movilidad en la carretera México-Veracruz, es el saldo que dejó el choque múltiple ocurrido a la altura del municipio de Xaltocan en Tlaxcala y que involucró a dos tráileres cargados con materiales para construcción y pétreos, así como un vehículo particular.
Fue minutos antes de las 10 de la noche de este martes, que con sentido al poniente en el tramo comprendido entre Calpulalpan y Ocotoxco bajo el puente a desnivel de San Martín Xaltocan, el tractocamión marca Kenworth de color blanco enganchado a una jaula roja cargada con granzón, embistió por alcance a un Volkswagen Jetta de color blanco y lo proyectó contra un tráiler blanco con rojo que acarreaba blocks de concreto.
Posiblemente por la velocidad con la que avanzaba la primera unidad, ésta continuó con su marcha arrastrando al particular varias decenas de metros hasta recostar sobre su lado izquierdo sobre los triblocks que dividen los dos sentidos de la vía carretera y regar el material pétreo que acarreaba; a unos metros de la pesada unidad quedó una “mole” de fierros retorcidos, con los cuerpos hombre y mujer (uno sin vida) de sus ocupantes.
Tan pronto como fue posible, al punto del percance arribaron elementos policiacos de Xaltocan, bomberos Tlaxcala de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), personal de la Coordinación Estatal de Protección Civil (CEPC) y Policía Federal (PF), así como paramédicos de Protección Civil (PC) de Xaltocan, Apizaco, Tlaxcala, Panotla, BRIASA Apizaco, Cruz Ámbar y Cruz Roja.
Quienes se apresuraron para brindar de forma coordinada, las primeras atenciones medico-prehospitalarias a los ocupantes del auto siniestrado, retirando primero el cuerpo sin vida del conductor (hombre) y canalizando a la mujer que viajaba como copiloto, quien además de las heridas cortantes y contusas de su cuerpo, enfrentaba una fuerte crisis nerviosa por el accidente en el que se había visto involucrada y del que quedó atrapada entre la masa de lámina y cristales.
Mientras se acordonaba la zona y se realizaban cortes a la circulación en los dos sentidos para establecer un perímetro de seguridad, los socorristas iniciaron con los trabajos de extracción de la fémina a la que ya tenían estabilizada e inmovilizada; para lo cual echaron mano de los dos Equipo “Libra” que estaban dispuestos para el rescate, los que presentaron dificultad para arrancar y laborar en los cortes al metal que mantenía a atrapada a la herida.
Tras un receso de varios minutos para checar el equipo y reorganizar las labores, los paramédicos apoyados de los bomberos se enfrascaron en una lucha en contra del tiempo y la muerte, laborando arduamente casi media hora hasta lograr su cometido; el rescate de la mujer que estaba consciente y atendía las indicaciones de los llamados “héroes sin capa”; que a través de un hueco la zafaron de su temporal aprisionamiento y la colocaron en una ambulancia que la trasladó de forma urgente a un nosocomio.
Entonces iniciaron los trabajos del personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) llámese peritos de campo y SEMEFO, para dar fé del deceso del hombre del que se desconocen sus generales y dar paso al retiro de sus restos mortales que fueron trasladados a su base en la ciudad de Apizaco, donde fue sometido a la necropsia de ley; todo esto mientras los Policías Federales realizaban el análisis de la mecánica del accidente para el dictamen, necesario para determinar y establecer las responsabilidades.
Es necesario señalar que los carriles centrales de esa importante arteria, que conecta a la capital del país con el puerto jarocho, estuvo cerrada por varias horas debido a que se llevaron a cabo labores de retiro de los vehículos siniestrados, así como la recolección de los materiales que quedaron dispersos en una longitud de unos 200 metros aproximadamente y la limpieza del asfalto, necesaria para la reapertura de la vialidad que sufrió una alteración temporal que en los dos sentidos generó largas filas de automotores de los que sus ocupantes tuvieron que pernoctar en ellos.
