Xhanarati por Ayari Velázquez

Primera parte

El indígena es el eterno caminante, en una leyenda purépecha, se nos relata que el sacerdote del viento Tariácuri, les indicó que había que había que buscar la tierra, para formar una comunidad y después tenían que seguir caminando para formar otra comunidad y así hasta encontrar un lugar donde finalmente podrían establecerse ¿Acaso el camino no ha terminado?

Los pueblos indígenas han estado mucho tiempo en una lucha de resistencia. El primero de Enero de 1994, se da el levantamiento del grupo Zapatista, esto originó inmediatamente que los pueblos indígenas se aglutinaran en favor de las propuestas hechas por el EZLN, después de muchos esfuerzos se establecen Las mesas de diálogo de San Andrés en 1996, se firman los primeros acuerdos mínimos sobre derecho y cultura de los pueblos indígenas y no se cumplen. Vicente Fox dijo que en quince minutos resolvería el problema de Chiapas, al pasar del tiempo durante su sexenio y no tener alguna resolución la delegación zapatista, dio un comunicado a México para que nos organizáramos  para impulsar el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y así nace esta caravana, la ahora Caravana Zapatista.

La situación de los pueblos indígenas sigue siendo de sometimiento, manipulación, de saqueo de los recursos, de sobreexplotación de la mano de obra de la clase  trabajadora ¿Por qué permitimos que ésta situación siga? Porque así ha sido siempre: Tenemos quinientos años caminando y resistiendo, quinientos años convenciéndote que dejes de ser quien eres, para sobrevivir y que eso se repita durante quinientos años, que inicie cuando “somos descubiertos”, luego cuando somos conquistados,  cuando somos independizados, cuando somos invadidos por diferentes potencias, y luego entran os liberales al poder y después viene la Revolución Mexicana, luego los neoliberales, luego la derecha, ahora la izquierda… Siempre hemos sobrado en este país, es algo que sobra, que no es necesario, que se puede prescindir de él y conforme avanza la mentalidad de la mercadotecnia, avanza la idea de que hay que reducir costos, es como si estuvieras viendo el país, la nación y el mundo, como una empresa que tiene que abaratar sus costos, como ser el capitán de una nave que se está hundiendo y decide tirar  por la borda lo que él considera que es el lastre y resultan ser millones de individuos.

Esta es la historia de uno de tantos pueblos que adoptaron el último recurso que les quedaba para no caer en el olvido, la opción que podría tal vez, hacer que sus voces fueran escuchadas. Nos remontamos al 2001 donde una comunidad indígena de Tangacícuaro se prepara para recibir al Sub Comandante Marcos con la esperanza de encontrar en él y en su movimiento, un cambio milagroso:

<< Alguien habla por nosotros, alguien nos toma en cuenta, para ellos a diferencia del resto de la sociedad, sí existimos.  No tenemos preparación, y solo esperamos  ver si alguien se acuerda de que nosotros también tenemos necesidades, porque muchas veces nosotros no podemos hablar, no podemos expresar lo que sentimos, porque tenemos miedo hasta de hablar ¿Cómo podemos reclamar nuestros derechos si no los conocemos? Nos tienen en la ignorancia porque así les conviene, sin recursos, sin educación, aislados, porque así representamos un peligro menor para ellos. Se nos habla y se nos prometen cosas que finalmente no las cumplen, son temporadas de campaña que a veces los políticos se asoman por acá y con una serie de ofrecimientos y de promesas buscan el voto, para llegar al poder y luego se olvidan de las comunidades. Lejos de resolver  los problemas de tenencia de la tierra sobre límites comunales,  dividen a las comunidades, las enfrentan, porque no existen formas propias de organización de las mismas. Eso debería de acabarse, porque al final, todos somos rezagados, porque al final somos utilizados con el mismo fin: el poder a cualquier costo>>

La comunidad, conformada por indígenas purépechas, se prepara para la llegada de la Caravana Zapatista. No hay asfalto en las calles, son contados los postes de luz; no hay drenaje y las constantes lluvias provocan que el agua se estanque en grandes charcos. El plan es preparar el terreno para construir un podio en el que se pueda celebrar la llegada de la caravana. A cada miembro de la población se le encomienda una tarea de acuerdo a las posibilidades de cada quien, Leopoldo, por ejemplo, está a cargo de comunicar a la comunidad sobre cualquier eventualidad que se presente a través de un megáfono. Si llegase un dentista o un médico al pueblo, si en la CONSAUPO ya surtieron de jabón, si es el Santo de alguno de los habitantes, si hay compromisos de boda, debe ser comunicado por él, en esta ocasión  su tarea consiste en coordinar a la población con las tareas asignadas, motivar a los mismos e informar sobre la posición de la Caravana: Les anunciamos que hoy comenzó el recorrido de La Caravana Zapatista que viene de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Les pedimos  a todas las gentes, hombres, mujeres, niños que participen en nuestras jornadas de trabajo, para que apoyen en aquellas tareas ya palabreadas.

Don Chepe, quien se dedica a trabajar con yunta y arado las tierras, es el director de la banda musical “Tata Lázaro Cárdenas”, nos cuenta cómo transcurre su vida entre las faenas de cultivo y la música:

<< Nos estamos esforzando mucho para que nos quede bien los números de bienvenida, nuestras manos trabajan la tierra y nos es difícil tener agilidad para dominar los instrumentos de viento, pero lo hacemos con cariño, para tener algo que ofrecer a las gentes que vienen de lejos. La música nos acompaña desde siempre, es parte de la memoria histórica de nuestros pueblos y por eso casi siempre todos sabemos tocar un instrumento o sabemos cantar. Hay música para las ceremonias religiosas, para las bodas, para la época de las cosechas, para la siembra, cantamos porque hubo buena lluvia o porque las cosas salieron bien >>

Los ensayos se llevan a cabo dentro de una vivienda abandonada que cuenta con un solar amplio. La banda se conforma por campesinos como Don Chepe, aque terminando de trabajar las tierras, se dan cita en aquel solar para poder componer. Muchos de ellos comentan que la inspiración proviene del trabajo mismo, que ahí es donde la mente busca un refugio para descansar y transforma ese cansancio en melodías.

Mientras la banda ensaya, se construye un escenario improvisado de madera  y  telas, hombres y mujeres cortan leña, cargan, acarrean agua, empalman, construyen. Podemos observar imágenes de personajes históricos sobre madera de Emiliano Zapata, Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Hidalgo, Josefa Ortíz de Domínguez, José María Morelos. También imágenes de mujeres indígenas desgranando maíz,

El vaivén de las faldas opacas de las mujeres, que dejan entrever sus delgadas pantorrillas, la resequedad de sus tobillos. Mujeres enfundadas en un rebozo negro o azul, las mayores adornando su frente con una cintilla roja, las más jóvenes con diademas. No hay flores ni listones de colores. Solo tierra y polvo que su calzado de hule, levanta en el pronto caminar, en esa danza que no descansa en el ir y venir de un día normal.

La comunidad tiene un coro y un grupo de teatro de niños de primaria, que son coordinados por la Profesora Xochipilli. La obra que preparan se titula “Caminantes”, y  a forma de metáfora nos explica como todos podemos tener maneras diversas de conseguir un mismo fin y que el trabajo en equipo, el permanecer unidos, nos llevará de una forma no solo más rápida, sino más fuerte, al objetivo

“Todos sabemos caminar, todos caminamos buscando algo, está el que camina viendo al cielo, el que camina brincando, el que camina despacio como el caracol porque sabe que no hay prisa, está el que camina con dudas porque se perdió y no encuentra el camino; hay quien camina descalzo porque le gusta la tierra o no tiene zapatos, hay quien camina haciendo equilibrio, y hay quien camina acompañado. Es por eso que queremos caminar con ustedes compañeros”.

 

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