Alondra Cazares

Tras los hechos de violencia que se suscitaron el pasado fin de semana en donde “morenistas inconformes” provocaron que las asambleas distritales de Apizaco, Zacatelco y Tlaxcala se reventaran y por consiguiente se suspendieran, los referentes del partido, mismos que ocupan puestos de elección popular en el Senado y la Cámara de Diputados han guardado silencio.

Solo dos son las que se han atrevido a hacer señalamientos directos, la Senadora Ana Lilia Rivera Rivera y la súper delegada Lorena Cuéllar Cisneros, quienes han decidido convertir la batalla partidista, en una confrontación entre amabas, lo que puede desencadenar una ruptura dentro del partido de cara al 2021.

Cabe recordar que en su momento, Rivera Rivera, declaró a los medios de comunicación que de no haber un acuerdo para la elección y renovación de dirigencias, estaría dispuesta en abandonar el partido para conformar uno nuevo que respalde de manera legítima las acciones de transformación de la 4T, pues de acuerdo a ella, es una oportunidad para la izquierda el haber llegado a la presidencia “que no debemos de desaprovechar”.

Trasciende que la pelea por la dirigencia tiene tintes electorales para la gubernatura de 2021, y la inconformidad de la Senadora hacía con la “supuesta” intervención de Cuéllar Cisneros, es que no quiere que la delegada federal sea la candidata, aun cuando está se encuentre con una amplía ventajas en las encuestas de intención del voto.

Por otra parte, quien hasta hace un mes fuera el dirigente del partido en Tlaxcala, Joel Molina Ramírez, no ha dicho nada al respecto de lo sucedido, ya que pudiera estar conforme  porque en la capital haya sido el único distrito que sí eligió a sus diez consejeros, muchos de ellos, allegados al Senador.