Por Alondra Cazares

Mientras unos califican al gobernador del estado como uno de los mejores mandatarios frente a la pandemia del Covid-19, en Tlaxcala otro problema además de la enfermedad es la ingobernabilidad que se registra en otros municipios, y que hasta la fecha ni el Ejecutivo estatal ni las autoridades municipales han podido controlar.

El día de ayer en Totolac se desató un conflicto generado por las expresiones clasistas y discriminarorias por parte del alcalde Giovani Pérez Briones y personal de su administración municipal, al asegurar que los grandes artesanos de Tlaxcala, los panaderos, cuyo pan de fiesta es conocido a nivel internacional, podrían ser portadores del Covid-19 al salir y vender para ganarse la vida en otras partes de la república.

Ante eso, los panaderos han recibido una serie de comentarios discriminatorios, lo cuales, sumado a la crisis económica mundial, ha generado que sus ventas se vean afectadas, desatando así un conflicto que aún no se soluciona y que ha generado un ambiente de ingobernabilidad en dicho municipio.

Por otra parte, está el municipio de Huamantla, cuyo alcalde, Jorge Sánchez Jasso, se encuentra en un proceso de juicio político por presuntas corruptelas en lo que va de su administración y que por estar ocupado en rescatar su credibilidad y mejorar su imagen ante los medios de comunicación, ha descuidado a una de las comunidades más juzgadas a nivel nacional; Lázaro cárdenas.

Cárdenas o como ya es conocido, el pueblo de los roba trenes, se le ha salido de las manos tanto al gobierno estatal como al municipal.
En menos de 24 horas, en dicha comunidad los pobladores, quienes ya son delincuentes reconocidos, se han organizado con piedras y otras armas para evitar que la Guardia Nacional realice su trabajo e impida los atracos al tren.

Las críticas ya son muchas hacía el gobierno del estado, quién no ha podido controlar lo que ocurre en las comunas antes mencionadas, dónde la ingobernabilidad ya se ha hecho presente.