El problema es de liquidez

Si había dudas, el mensaje presidencial las despejó. El gobierno no tiene ni la menor idea de que el problema por la pandemia sanitaria en la economía mundial es de liquidez. Las medidas temporales que se han aplicado buscan que las familias, las empresas y los propios gobiernos tengan dinero. Nadie habla de recetas neoliberales, de rescates “de los de arriba” ni condonación de impuestos.

Si el Banco de México y la Secretaría de Hacienda a través de la Comisión de Cambios, han destinado miles de millones de dólares para dar liquidez al mercado financiero, ¿por qué negarlo a otros sectores? Solo es dar tiempo para el pago de las obligaciones. Con políticas públicas sensatas se evitará la insolvencia financiera, que no se rompan las cadenas productivas, de distribución y de abasto; que no se presente escasez de bienes y servicios con elevación de precios; que no exista desempleo masivo; que la gente tenga posibilidades de salir bien librada. La crisis es sanitaria y de liquidez, no financiera, no de deuda, no de estupideces.

Es claro que todo cambiará, que ningún país será el mismo. Por lo pronto se requiere diálogo y entendimiento porque la crisis económica por venir será más grave en México si al sector productivo se le desprecia. Por cierto, ayer la Secretaría General Iberoamericana, que encabeza Rebeca Grynspan, dio a conocer su plataforma web para conocer las medidas económicas que aplican los 22 países que la integran, y hay sorpresas.

Por ejemplo, en Chile se suspendió el pago del ISR durante tres meses para 700 mil empresas y se inyecta liquidez por 2 mil 400 millones de dólares; todos los gastos de las empresas para enfrentar la contingencia sanitaria “serán aceptados como gasto tributario”. Postergó el pago del IVA durante tres meses para empresas con ventas anuales menores a 12 millones de dólares, con lo que aporta mil 500 millones de dólares de liquidez para 240 mil empresas.

Costa Rica autorizó una moratoria de tres meses para el pago del IVA y del ISR a empresas; Cuba aplazó hasta después del 30 de abril el “pago de impuestos o tributos en las sucursales bancarias de manera presencial” y la “obligación de la contribución especial a la seguridad social”; Nicaragua puso en marcha el Plan de Continuidad de Negocios covid-19 para garantizar que sigan las operaciones financieras, de tesorería, contables y administrativas, mientras que Venezuela suspendió hasta en seis meses los pagos de capital e intereses de crédito; exoneró de impuestos y tasas aduanales a las importaciones de materia prima para industrias que puedan adquirir insumos para mantener la producción, y otorgó el “beneficio tributario” para sectores estratégicos como agroindustria y la industria farmacéutica, “aunque se puede extender a otras áreas que se consideren de vital importancia”

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