Las poblaciones antiguas estuvieron expuestas a contaminación atmosférica por mercurio en Galicia

Redacción

La revista Journal of Archaeological Science, líder en el campo de la arqueología, se hace eco en su último número de un estudio del grupo de investigación de la USC (España), EcoPast, sobre el impacto de la exposición crónica al mercurio en poblaciones antiguas. Liderado por la investigadora Noemi Álvarez Fernández, en colaboración otros dos miembros del grupo EcoPast, Antonio Martínez Cortizas y Olalla López Costas, el artículo avanza entre sus conclusiones que las poblaciones romana y tardoantigua que vivieron en A Lazanda entre los siglos I y VII AD estuvieron expuestas de forma crónica a niveles relativamente bajos de contaminación atmosférica por mercurio, lo cual contrastaría con investigaciones previas, centradas en el estudio de altas concentraciones de este metal relacionadas principalmente con ritos de enterramiento, tratamientos médicos o, incluso, envenenamiento.

El trabajo llevado a cabo por las investigadoras de EcoPast a partir de la colección de esqueletos de la necrópolis de A Lanzada ha permitido  estudiar la exposición a la contaminación atmosférica por mercurio en un  lapso de tiempo ininterrumpido de 700 años que, además, abarca dos periodos muy diferentes en lo que a contaminación atmosférica se refiere: período romano (AD s. I – IV) y tardoantiguo (AD s. V – VII), lo que les ha permitido observar cómo afectan los cambios en la interacción humano-ambiente en las propias poblaciones humanas.

Este trabajo ahonda en cómo se transfiere el mercurio a nuestro esqueleto utilizando restos arqueológicos. Vemos por ejemplo que todos los huesos están igualmente afectados cuando la exposición es crónica, mientras que en contactos puntuales pero graves el esqueleto lo refleja con diferencias entre sus huesos: una costilla tendría más mercurio que un fémur.

Este trabajo también permite entender cuál es el alcance poblacional de la exposición a metales tóxicos, ya que los niños están igualmente afectados que las personas adultas. Sin embargo, los niños son mucho más sensibles a esta exposición pudiendo desarrollar problemas de salud graves. Las poblaciones antiguas son una fuente inagotable de conocimiento porque nos permiten entender la contaminación por mercurio en una gran diversidad de escenarios que de otra manera no sería posible.

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De izquierda a derecha, Antonio Martínez Cortizas, Noemi Álvarez y Olalla López-Costas. (Foto: USC)

Durante el período romano la Península Ibérica fue la gran mina del imperio, sobre todo si hablamos de mercurio. Cuando el imperio romano cae, cae con él esta intensa explotación de  recursos minero-metalúrgicos. Las consecuencias de este cambio se ven reflejadas en los registros ambientales, que muestran niveles de contaminación atmosférica muy diferentes para estos dos períodos. Gracias a esta investigación, ahora vemos la huella del impacto de la explotación intensiva de un recurso natural en las propias poblaciones humanas.

Esta huella que ha quedado registrada en los huesos de sus habitantes, nos permite extraer una lección del impacto que tiene la contaminación ambiental sobre la población, especialmente cuando hablamos de un metal con una toxicidad tan elevada como la del mercurio. Además, durante la antigüedad, este metal tuvo diversos usos culturales; entre ellos su empleo con fines medicinales o la utilización del cinabrio – un mineral de color rojo brillante, con alto contenido en mercurio – en rituales funerarios o en la elaboración de pigmentos como el vermillón. Otras de las aplicaciones habituales del mercurio es su uso en la extracción de oro o en la fundición de otros metales como la plata, lo que seguramente es el detonante del incremento de su presencia atmosférica en la época de mayor explotación minera.  

Aunque a priori podamos pensar que nada tenemos que ver con el mundo antiguo, en realidad la contaminación atmosférica ha estado presente a lo largo de toda nuestra historia. Estudios como el de EcoPast nos permiten asomarnos un poco más a las consecuencias directas que tuvo la explotación del entorno sobre el conjunto de la población a través de la contaminación atmosférica, una contaminación del aire que se ha ido incrementando considerablemente a lo largo de los siglos.

“En este estudio demostramos que la contaminación crónica por mercurio ya era un problema en el período romano, como un precio que tenían que pagar por la intensa actividad minera y metalúrgica en la Península Ibérica. Hispania era la mina de Roma y como consecuencia sus habitantes estaban contaminados por mercurio incluso en áreas tan aisladas como A Lanzada”, explica Noemi Álvarez, que aprovecha para llamar la atención sobre el impacto de la contaminación que observamos en estos momentos de pandemia que estamos viviendo, en los que no debemos olvidar que la contaminación atmosférica juega un papel importante en la gravedad de la enfermedad.

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