Algunos humanos actuales tienen ADN de un antepasado aún desconocido

Redacción

Un nuevo análisis de genomas antiguos sugiere que las diferentes ramas del árbol genealógico humano se entrecruzaron múltiples veces, y que algunos humanos llevan ADN de un ancestro arcaico y desconocido. Melissa Hubisz y Amy Williams de la Universidad de Cornell y Adam Siepel del Laboratorio Cold Spring Harbor reportan estos resultados en un estudio publicado en la revista PLOS Genetics.

Hace aproximadamente 50.000 años, un grupo de humanos emigró de África y sus componentes se cruzaron con Neandertales en Eurasia. Pero no es la única vez que nuestros antiguos antepasados humanos y sus parientes intercambiaron ADN. La secuenciación de genomas de los Neandertales y de un grupo antiguo menos conocido, los Denisovanos, ha producido muchos nuevos conocimientos sobre estos eventos de mestizaje y sobre el movimiento de las antiguas poblaciones humanas.

Según el nuevo artículo, los investigadores desarrollaron un algoritmo para analizar los genomas que puede identificar segmentos de ADN que proceden de otras especies, incluso si ese flujo de genes se produjo hace miles de años y procedía de una fuente desconocida. Utilizaron el algoritmo para observar los genomas de dos neandertales, un denisovano y dos humanos africanos. Los investigadores encontraron pruebas de que el 3 por ciento del genoma del neandertal provenía de humanos antiguos, y estiman que el mestizaje ocurrió entre 200.000 y 300.000 años atrás. Además, es probable que el 1% del genoma del denisovano procediera de un pariente desconocido y más lejano, posiblemente el Homo erectus, y alrededor del 15% de estas regiones “súper-arcaicas” pueden haber sido transmitidas a los humanos modernos que viven hoy en día.

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Hembra neandertal. (Foto: Pixabay)

Los nuevos resultados confirman los casos previamente reportados de flujo de genes entre los humanos antiguos y sus parientes, y también apuntan a nuevos casos de mestizaje. Dado el número de estos eventos, los investigadores dicen que el intercambio genético era probable siempre que dos grupos se superpusieran en el tiempo y el espacio. Su nuevo algoritmo resuelve el difícil problema de identificar pequeños restos de flujo de genes que se produjeron hace cientos de miles de años, cuando sólo se dispone de un puñado de genomas antiguos. Este algoritmo también puede ser útil para estudiar el flujo de genes en otras especies en las que se produjeron mestizajes, como en los lobos y los perros. 

“Lo que creo que es emocionante de este trabajo es que demuestra lo que se puede aprender sobre la historia humana profunda reconstruyendo conjuntamente la historia evolutiva completa de una colección de secuencias tanto de humanos modernos como de homínidos arcaicos”, dijo el autor Adam Siepel. “Este nuevo algoritmo que Melissa ha desarrollado, el ARGweaver-D, es capaz de llegar más atrás en el tiempo que cualquier otro método computacional que haya visto. Parece ser especialmente poderoso para detectar la introgresión antigua”.

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