La edad del núcleo interno sólido de la Tierra

Redacción

El núcleo de la Tierra está formado mayormente de hierro, siendo sólido el núcleo interno (la parte más interior del núcleo) y líquido el núcleo externo (la capa más exterior del núcleo). Creando dentro de una cámara de laboratorio condiciones similares a las reinantes en el centro de la Tierra, unos investigadores han logrado hacer una estimación más precisa de la edad del núcleo interno sólido de nuestro planeta.

El resultado obtenido indica que la edad es de entre 1.000 y 1.300 millones de años.

Esto sitúa al núcleo en el extremo más joven de un espectro de edad que normalmente va de unos 1.300 millones a 4.500 millones de años, pero también lo hace bastante más viejo que una estimación reciente de solo 565 millones de años.

La nueva investigación es obra del equipo internacional de Jung-Fu Lin, de la Escuela Jackson de Geociencias, dependiente de la Universidad de Texas en Austin (Estados Unidos).

El núcleo impulsa la geodinamo del planeta, el mecanismo que sostiene el campo magnético de la Tierra, que mantiene las brújulas apuntando al norte y ayuda a proteger la vida frente a los dañinos rayos cósmicos.

La eficacia del hierro en la transferencia de calor a través de la conducción (conocida como “conductividad térmica”, resulta fundamental para determinar varias características del núcleo, incluyendo cuando se formó el núcleo interno.

A lo largo de los años, las estimaciones de la edad y la conductividad del núcleo han pasado de atribuirle una notable antigüedad a una edad mucho menor en el primer caso, y de un valor relativamente bajo a otro bastante alto en el segundo.

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Una simulación computerizada del campo magnético de la Tierra, que se genera por un proceso en el que interviene la transferencia de calor en el núcleo de la Tierra. (Imagen: NASA / Gary A.Glatzmaier)

Pero las estimaciones que menor edad le han atribuido también han creado una paradoja, en la que el núcleo debería haber alcanzado temperaturas irrealmente altas para mantener la geodinamo durante algunos miles de millones de años antes de la formación del núcleo interno.

La nueva investigación resuelve esa paradoja encontrando una solución que mantiene la temperatura del núcleo dentro de un rango realista. Encontrar esa solución dependía de la medición directa de la conductividad del hierro en condiciones similares a las del núcleo, donde la presión es superior a un millón de atmósferas y las temperaturas pueden rivalizar con las existentes en la superficie del sol.

Los investigadores lograron reproducir estas condiciones presionando muestras de hierro calentadas por láser entre dos yunques de diamante. No fue una hazaña fácil y requirió dos años de trabajo, pero el esfuerzo ha dado su fruto y ha valido la pena.

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